
Armado.
El día viernes, se "arma" la vapora. A las nueve de la mañana, aproximadamente, comienzan las actividades en la cocina.
La secuencia es siempre las misma. Se pican los ingredientes cárnicos, previamente cocidos en la vispera, que incluyen: guatita, lengua y chunchules.
Curiosamente, estos chunchules no se desarman. Esto, gracias al apretado trensado al que son sometidos, después del lavado.
Las papas se hechan a hervir en un "fondo" de huesos blancos, junto al picadillo de interiores ya cocidos.
En un gran sartén, el higado picado se frie y aromatiza con aliños y vino, logrando una salsa que condimentará el fondo completo.
Los fideos se cocen por separado, para evitar introducir sabores ajenos y que se deshagan.
Cuando se sirve un pedido, se pone en el fondo del plato la porción de fideos y encima se le deja caer el cucharón de vapora. En el intertanto que el plato llega a la mesa, todo tiene la misma temperatura.